Enrique Goldfarb
Después de leer las 27 medidas del plan para “recuperar el crecimiento e impulsar a las pymes”, me recordé de mis tiempos en el colegio, cuando te pillaba una prueba sin haber estudiado, y escribías y escribías cualquier cosa pensando que la cantidad podía reemplazar la calidad.
Aquí hay medidas que a lo más se acercan a pasado de frío, frío y helado y ninguna que le acierte. Un país al que no le falta nada para recuperar el crecimiento no solo no crece ni menos distribuye bien, sino que no puede idear un cuento más creíble. Y al abrir la prensa conservadora uno se encuentra con un aplauso cerrado.
Pero no nos engañemos. El país y la gente ingenua que esperaba algo mejor quedó estupefacta, aunque por enésima vez, si se cuentan los tiempos del predecesor. No pueden creer que este sea el plan.
Lo único bueno que tiene este plan Chile Invierte, que sucedió al plan Chile Compite de la semana pasada, es que al ministro se le van agotando los nombres de manera que a lo mejor y por descarte, dará con el que todos esperamos : Chile Feliz.
Sin embargo, hay gente agradecida, como las grandes empresas a las que les regalarán más de 200 millones de dólares por aplicar la depreciación instantánea en proyectos que ya estaban decididas a implementar.
Los 230 millones de dólares anunciados a las pymes serán excesivos, porque el gobierno no podrá encontrar el número suficiente de pequeñas y medianas empresas viables y con un mercado decente en las que colocar los recursos. No comprenden ¡todavía! que si no arreglan previamente el problema de los préstamos impagos y deuda tributaria morosa, las pymes no pueden operar en la economía. Presumiblemente, y como sucedió antes, se los terminarán pasando a una gran empresa a costos de liquidación para que no se pierdan.
Sin embargo lo que queda todavía más fuera de foco, son los temas abordados bajo el lema “recuperar el crecimiento y estimular a las pymes”. En el nombramiento del gerente hay un pequeño avance ya que el comité de 80 personas se redujo a un solo superhombre. Otro, que ni siquiera es nuevo, es hacer del peso una moneda global, lo que no se ve como diablos puede eso hacernos crecer más rápido, si es el caso que te crean afuera. De igual forma el viejo tema de los derivados –que cumplirá más de veinte años operando- ha vuelto a reflotar como una panacea.
Pero el broche de oro se lo lleva la licitación de pertenencias mineras de carbón en Isla Riesco que sigue en orden de importancia a la destinación de un millón y medio de dólares para enseñar inglés a los secundarios. Así que no nos sorprendamos cuando escuchemos al representante del sector que supuestamente se quería beneficiar decir “Sorry sir, but I am still in problem”
viernes, 16 de marzo de 2007
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