sábado, 8 de septiembre de 2007
Fusiones sorprendentes
(Estrategia 7 09 2007)
Enrique Goldfarb
Salfa Corp y Aconcagua se van a fusionar para formar la constructora más grande del país. Esto, en evidente represalia a la fusión anunciada la semana pasada de Socovesa y la constructora Almagro. Estas fusiones por doquier sugieren que en Chile, por la vía práctica y en virtud de la especialización y superación de la economía de mercado, se está gestando el equivalente de la contrarreforma religiosa.
En efecto, todo nació de los postulados que dejaban al mercado como la herramienta más confiable de las decisiones económicas, pero que debido a las optimizaciones, sinergias y erradicación de ineficiencias logradas por algunas fusiones de empresas, dieron lugar a los aguafiestas de siempre diciendo que la concentración es mala, olvidándose rápidamente de la baja de costos y precios a que da lugar.
No sorprendería que todas las constructoras de Chile quedaran en una sola mano, quienes se entenderían con el único banco que quedaría en la plaza, choque de colosos que causaría admiración en el mundo entero, como el único país que ha llevado la libertad de emprendimiento a su máxima expresión.
Siendo un paso importante, no sería obstáculo para que por inducción el proceso abarcara a todas las empresas del país y la competencia se diera por contraposición de intereses “dentro” de unidades de una única y gigante institución. Bien pensado, el negocio debiera llevar a la máxima riqueza de su dueño, los desplazados en el camino habrían recibido un buen pago para que jueguen en la bolsa con la única empresa listada, y la gente podría adorar al dueño absoluto de todo, un verdadero “Big Brother” una sublimación espiritual en donde jamás ocurrirían conflictos como los planteados por monseñor Goic.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Desplazados del modelo
(Estrategia 31 agosto 2007)
Enrique Goldfarb
Quisiera resaltar un aspecto colateral a la ola de fusiones que sin duda se avecinarán de aquí en adelante.
He postulado y lo sigo haciendo, que la forma como hemos encarado nuestra política económica, ha llevado a una jibarización de actividades más allá de lo necesario y conveniente. Así , la fusión del Scotiabank con el Banco del Desarrollo la veo como el resultado de que no hay a quien prestarle plata en las condiciones imperantes, cuando en el trasfondo, sabemos que el problema del país es la falta de crédito para acometer nuevas actividades que den trabajo e ingresos a la población. Algo similar puede decirse de todas las fusiones que veremos en el sistema bancario. Y en medio de esto la burla más grande, la enorme capacidad del país para dar crédito a sus emprendedores.
Pero esta misma circunstancia nos hace mirar qué va a pasar con la gente despedida después de las fusiones, ya que uno de las razones que anima a unirse dos instituciones es el ahorro de los gastos fijos. La misma situación que hace que no haya a quien prestarle, en resumen falta de empresas nuevas o actividades nuevas, hará que los desplazados no encontrarán lugar en la sociedad económica para re establecerse, obligándolos a comerse sus ahorros y mirar con desesperación que han perdido su última oportunidad de ganarse la vida. Como todos y absolutamente todos pueden sufrir esa situación, y con el riesgo de ser tildado de niñera en un mundo de adultos, creo que es responsabilidad de la política económica darse cuenta que estamos en medio de una “revolución permanente” al estilo de la Revolución Francesa y donde todos, absolutamente todos, corren el riesgo no tan descabellado que les corten la cabeza.
Enrique Goldfarb
Quisiera resaltar un aspecto colateral a la ola de fusiones que sin duda se avecinarán de aquí en adelante.
He postulado y lo sigo haciendo, que la forma como hemos encarado nuestra política económica, ha llevado a una jibarización de actividades más allá de lo necesario y conveniente. Así , la fusión del Scotiabank con el Banco del Desarrollo la veo como el resultado de que no hay a quien prestarle plata en las condiciones imperantes, cuando en el trasfondo, sabemos que el problema del país es la falta de crédito para acometer nuevas actividades que den trabajo e ingresos a la población. Algo similar puede decirse de todas las fusiones que veremos en el sistema bancario. Y en medio de esto la burla más grande, la enorme capacidad del país para dar crédito a sus emprendedores.
Pero esta misma circunstancia nos hace mirar qué va a pasar con la gente despedida después de las fusiones, ya que uno de las razones que anima a unirse dos instituciones es el ahorro de los gastos fijos. La misma situación que hace que no haya a quien prestarle, en resumen falta de empresas nuevas o actividades nuevas, hará que los desplazados no encontrarán lugar en la sociedad económica para re establecerse, obligándolos a comerse sus ahorros y mirar con desesperación que han perdido su última oportunidad de ganarse la vida. Como todos y absolutamente todos pueden sufrir esa situación, y con el riesgo de ser tildado de niñera en un mundo de adultos, creo que es responsabilidad de la política económica darse cuenta que estamos en medio de una “revolución permanente” al estilo de la Revolución Francesa y donde todos, absolutamente todos, corren el riesgo no tan descabellado que les corten la cabeza.
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