domingo, 1 de abril de 2007

Las correcciones de Zaldívar

Enrique Goldfarb

Se han dado a conocer las medidas que un grupo de personas le sugieren a Adolfo Zaldívar para implementar lo que se llamado la “corrección” del modelo.
Siendo parte de ese grupo, quisiera enfatizar los aspectos macroeconómicos de las medidas, y en particular lo que se refiere a la política monetaria. He sostenido que lo que sucedió en 1998 con la intervención del Banco Central en el mercado significó, en la práctica, la muerte de la capacidad del organismo emisor para emitir circulante.
Para los que no lo recuerdan, la emisión es esa vieja función de los bancos centrales de emitir moneda para afectar el poder de compra de la economía, y que cuando hay desempleo significa aumento del Producto y si hay pleno empleo, significa inflación.
Como la Constitución, sabiamente, impide que el Banco Central le preste plata al gobierno, solo le quedan dos vías de emisión. Una es la balanza de pagos, y que como sabemos no fue factor de emisión neta en todo estos años, exceptuando el último con el precio récord del cobre, pero que fue neutralizado en gran parte depositando los excedentes en el exterior.
Queda en consecuencia, la vía más orgánica y más conectada al mercado para emitir, que es el refinanciamiento de los créditos que da la banca privada. Sacada la pyme del circuito financiero por la intervención brutal del Central, no había a quien prestarle y por ende la banca no requirió pedirle al instituto emisor refinanciamiento alguno. El crédito se hizo artificialmente escaso, no porque la economía no pudiera absorber un mayor volumen crediticio sino que porque no había como producirlo. Se tenían los recursos pero fallaron los medios, lo más elemental si se quiere. Y esto gatilló el desplome de la demanda interna que a su vez comandó la caída del crecimiento del PIB.
La medida más potente del plan propuesto a Zaldívar consiste en la reincorporación de las pymes al circuito financiero, donde la reprogramación –con compensaciones fuertes a los bancos que concurran voluntariamente al proceso- es la piedra angular de cómo lograrlo ya que con un mayor plazo para hacer frente a sus compromisos, la empresa pequeña saldrá del DICOM y se hará elegible como sujeto de crédito. Como película rebobinada, volveremos al punto de nuestra economía donde nunca debimos perdernos, recuperando la capacidad de normalizar el gasto.
La pyme deberá constituirse en el vehículo a través del cual fluyan las corrientes de crédito que el país está en condiciones de producir y eso levantará la demanda y el incremento del PIB que todos esperan. Con mayor empleo y mejor distribución del ingreso, el país volverá a ser el país estrella que fue y para lo que está llamado ser por devolver a la normalidad todas sus cuentas macroeconómicas.

viernes, 16 de marzo de 2007

Ribetes de un plan

Enrique Goldfarb


Después de leer las 27 medidas del plan para “recuperar el crecimiento e impulsar a las pymes”, me recordé de mis tiempos en el colegio, cuando te pillaba una prueba sin haber estudiado, y escribías y escribías cualquier cosa pensando que la cantidad podía reemplazar la calidad.
Aquí hay medidas que a lo más se acercan a pasado de frío, frío y helado y ninguna que le acierte. Un país al que no le falta nada para recuperar el crecimiento no solo no crece ni menos distribuye bien, sino que no puede idear un cuento más creíble. Y al abrir la prensa conservadora uno se encuentra con un aplauso cerrado.
Pero no nos engañemos. El país y la gente ingenua que esperaba algo mejor quedó estupefacta, aunque por enésima vez, si se cuentan los tiempos del predecesor. No pueden creer que este sea el plan.
Lo único bueno que tiene este plan Chile Invierte, que sucedió al plan Chile Compite de la semana pasada, es que al ministro se le van agotando los nombres de manera que a lo mejor y por descarte, dará con el que todos esperamos : Chile Feliz.
Sin embargo, hay gente agradecida, como las grandes empresas a las que les regalarán más de 200 millones de dólares por aplicar la depreciación instantánea en proyectos que ya estaban decididas a implementar.
Los 230 millones de dólares anunciados a las pymes serán excesivos, porque el gobierno no podrá encontrar el número suficiente de pequeñas y medianas empresas viables y con un mercado decente en las que colocar los recursos. No comprenden ¡todavía! que si no arreglan previamente el problema de los préstamos impagos y deuda tributaria morosa, las pymes no pueden operar en la economía. Presumiblemente, y como sucedió antes, se los terminarán pasando a una gran empresa a costos de liquidación para que no se pierdan.
Sin embargo lo que queda todavía más fuera de foco, son los temas abordados bajo el lema “recuperar el crecimiento y estimular a las pymes”. En el nombramiento del gerente hay un pequeño avance ya que el comité de 80 personas se redujo a un solo superhombre. Otro, que ni siquiera es nuevo, es hacer del peso una moneda global, lo que no se ve como diablos puede eso hacernos crecer más rápido, si es el caso que te crean afuera. De igual forma el viejo tema de los derivados –que cumplirá más de veinte años operando- ha vuelto a reflotar como una panacea.
Pero el broche de oro se lo lleva la licitación de pertenencias mineras de carbón en Isla Riesco que sigue en orden de importancia a la destinación de un millón y medio de dólares para enseñar inglés a los secundarios. Así que no nos sorprendamos cuando escuchemos al representante del sector que supuestamente se quería beneficiar decir “Sorry sir, but I am still in problem”

miércoles, 7 de marzo de 2007

Desprecio por lo popular

Enrique Goldfarb

El episodio que está ocurriendo con el Transantiago, inconcluso y de consecuencias imprevisibles, viene a reafirmar lo que en la izquierda parecía imposible. El desprecio del gobierno por lo popular, por las mayorías.
El gobierno precedente sumió al 80% o más de la población a un estancamiento de sus ingresos y a un desempleo feroz que en la realidad, aunque no en las estadísticas oficiales, insoportablemente poco fieles, tiene comprobadamente frustrada y con rabia a la inmensa mayoría.
Y si eso fuera poco, y sin necesidad alguna, el actual implementa además un sistema de transporte que solo ha causado rechazo, y no hablamos de un rechazo elegante, finamente irónico, sino con impotencia y lágrimas en los ojos de quienes supuestamente son sus beneficiarios.
Contrasta esto con lo que fue la Unión Soviética, cuna intelectual de varios de los actuales detentadores del poder, donde se construyeron obras preciosas de beneficio común como fue, por ejemplo, el Metro de Moscú. Aquí cada persona tendrá apenas un séptimo de metro cuadrado de Metro gracias a esta estupenda iniciativa que es el Transantiago. La gente solo tiene dos activos que hay que preservar a toda costa. La marraqueta y su tiempo. El gobierno anterior le quitó la primera y el actual el segundo, haciéndole gastar tres o cuatro veces de ese precioso recurso que es su tiempo, no ya libre, sino para dormir y poder seguir trabajando al otro día.
Tanto el empobrecimiento de la gente como este cambio en el transporte reflejan incompetencia llevada a su máxima expresión. Con un silencio cómplice para aprovecharse en su favor de las debilidades de las autoridades, han pasado seis años con el error de diagnóstico y fallas en las políticas más grande que se haya cometido y tarde o temprano surgirán las denuncias y deberán pagarse las responsabilidades políticas. Sin embargo en el segundo caso, con el incómodo y humillante medio de transporte a que los fuerzan, es muy posible que el reventón sea de plano y mucho menos solapado.
Uno se pregunta, en aras del respeto hacia la gente, que por lo demás es la que decide quien gobernará el país, porqué no se implementó un plan sino perfecto en sus comienzos, al menos tolerable. Si el Transantiago no estaba listo, lo que advirtió una firma consultora especialmente contratada por el gobierno, porqué no se aplazó indefinidamente. Porqué no se hicieron los chequeos previos correspondientes, como asegurarse de la disponibilidad del GPS para que la frecuencia de los buses fuera la necesaria. Cómo puede ser que la fórmula de ajuste sea el cobro de las boletas de garantía, si la gente no quiere que el fisco siga recolectando más plata sino que quiere micros buenas y rápidas.
Además, las micros que se eligieron son feísimas, malísimas e incómodas. El cambio de las Matadero-Palma por mataderos a secas.

viernes, 19 de enero de 2007

Invitación a la danza del Central




Enrique Goldfarb


En su reciente informe de Estabilidad Financiera (IEF) , el Banco Central nos invita a seguir endeudándonos. Por supuesto que advierte que los bancos y personas tienen que ser cuidadosos al momento de dar o pedir un préstamo. Pero es el entorno y los comentarios lo que inclinan la balanza a seguir dándole como hasta ahora.
Las frases tranquilizadoras del organismo están ahí y servirán de prueba más adelante cuando se tengan que recoger los restos de nuestro proceso. Señala que los “usuarios del crédito están bien preparados para enfrentar deterioros del entorno macrofinanciero, sin poner en riesgo la estabilidad financiera de la economía”. La confianza del Banco Central descansa en que las deudas de las personas en Chile alcanza al 22 % del PIB, en tanto en los países desarrollados lo hace en 56 %. ¿Significará eso que podemos casi triplicar nuestro endeudamiento para comenzar a preocuparnos?
La relación deuda de personas / ingreso se ha incrementado desde diciembre de 2003 a junio de 2006, desde un 44 % a 62%, es decir en 15 % anual. En tanto, el aumento de los sueldos reales se empina apenas alrededor de 1 % anual. Las cifras de desempleo, por su parte, están cubiertas por un manto de sospecha, pero el Informe habla que nos acercamos al “nivel de pleno empleo” (!), lo que junto con el “menor crecimiento debiera ser un elemento moderador del crecimiento del endeudamiento”. Es decir , confía en que esto sentará cabeza por si solo sin tener que pronunciarse al respecto.
Cómo puede el presidente del Banco Central hablar por una parte que tenemos 2/3 de camino que recorrer en términos de endeudamiento, y por el otro que el acercamiento al pleno empleo servirá de contención al endeudamiento. ¿Porqué no dice claramente que no es conveniente endeudarse?.
A lo mejor no lo dice porque sería tener que enfrentar nuestra realidad de tener un crecimiento inaceptable. Lo cierto es que han sido los créditos a las personas los que han sostenido las cifras un poco más decentes de crecimiento a partir del año 2004. Y desde ese entonces han crecido a un ritmo de alrededor de 20 % . Pero en medio del estancamiento de los sueldos, ello significa que la gente ha tomado los créditos como si fueran aumento de sus ingresos , ignorando el detalle que estos deben ser pagados. La cifra de carga financiera , situándola en un 19 % de los ingresos, es insostenible en niveles que no sean de ingresos altísimos , pues implica dejar de lado necesidades vitales, como comida , educación , salud. Luego un tren que se desplaza a 200 km por hora terminará ahora mismo por arrollar a un vehículo que apenas avanza a 10 km por hora. ¿Mirará el Central la inevitable colisión con la tranquilidad que muestra en este informe?

viernes, 22 de diciembre de 2006

Proyecciones de una encuesta


Enrique Goldfarb
(En Estrategia del 22 diciembre de 2006)

Se ha dado a conocer una encuesta a nivel nacional sobre el sentir de la clase media y de los trabajadores, respecto de la situación económica y sus proyecciones personales hacia el futuro. Si las cifras sociales tuvieran igual difusión que las cifras macro nadie se sorprendería de resultados tan negativos.
La encuesta Casen ya venía denunciando a gritos el estancamiento de los ingresos de todos los quintiles correspondientes a la clase media y trabajadora. La evolución de las remuneraciones reales proyectan en los últimos tres años la misma situación estática.
Entonces cómo iba a ser otra la percepción de la gente respecto de su situación . Un 84 % se pronuncia por corregir o cambiar el modelo. Un 80 % ve que su situación y la de sus hijos estará igual de mal o empeorará en los siguientes veinte años. Para resumirlo en una palabra, la gente ve que no le llegan oportunidades no obstante los esfuerzos que hagan. Piensan que ni la educación les sirve para encontrar o conservar un empleo.
Y concluyen que esto revela el fracaso de la democracia. Este es, paradojalmente, el mismo sentir de los comunistas nostálgicos en Rusia que no se resignan a la desaparición de la Unión Soviética.
En su primera reacción, las autoridades simplemente han subestimado esta encuesta como sentimientos catastrofistas sin “ninguna base real”. Lo cierto es que la realidad es esta y no la que se construye la autoridad. Mi vaticinio es entonces, que se seguirán haciendo anuncios y tomando medidas que no apuntan a la revitalización de nuestra clase media, y por consiguiente de toda la economía, tal como ha sido la costumbre hasta ahora, en tanto no surjan desasosiegos sociales de magnitud que fuercen cambios sustantivos, u otros signos que revelen las contradicciones del momento que se vive.
La señal que aparecerá en forma más tangible es el sobreendeudamiento. La oferta de créditos urbi et orbi le ha servido a la gente para empatar el claro deterioro económico que han sufrido, pero la sobreoferta de préstamos en medio de sequía de remuneraciones e ingresos es claramente incompatible. Gran parte de las utilidades del sector financiero, uno de los que mandan fuerte en el mercado interno, se está construyendo sobre la base de que estos préstamos operan como si estuviéramos en Nueva York, y esperan tranquilos que les paguen para todavía prestar más .
El aterrizaje de esa visión irreal, conmoverá a la economía y a las autoridades como no lo hará encuesta alguna, porque apuntará derechamente donde duele, en el bolsillo.
A la postre , todo se remite al lema de nuestro escudo patrio : “Por la razón o la fuerza” , emblema que no sé si todavía está en uso, pero que como moraleja es irrefutable.

viernes, 1 de diciembre de 2006

Al fin una respuesta sólida

Enrique Goldfarb ( en Estrategia 1 diciembre 2006 )

Ante la sorpresa y malestar generados por las malas cifras económicas, el ministro de Hacienda ha dado una respuesta contundente para reencontrar el camino del desarrollo. No es casualidad que lo haya hecho en ENADE, donde se han gestado las mejores ideas y recomendaciones que han terminado por transformar este país.
Si bien no contamos con el ingreso de un país desarrollado, tenemos una inflación igual o menor que la de ellos y carreteras , que aunque no gratuitas , ya se las quisiera cualquier país del primer mundo. Palabra de Lagos.
Otro rasgo que nos distingue es que el mundo desarrollado está lleno de pymes , las picantes y malolientes pequeñas y medianas empresas, en tanto que acá, tras un cuidadoso proceso de limpieza económica, las hemos erradicado a todas, igual que a las plagas de nuestro jardines. Nuestro hijos y nietos , podemos respirar tranquilos , nunca van a trabajar en esos ineficientes lugares.
De modo que los recursos están asignados donde corresponde , al mejor valor . Por ejemplo los superávits del cobre.... en los mejores bancos ¡del mundo!
El programa para fortalecer la economía y la inversión parte con Codelco, tema muy relacionado con la reactivación , de la misma manera que los fenicios se relacionaban con los romanos . La Agenda de Calidad de las Políticas Públicas debiera ser sometida a nuestros institutos , ya que estos tienen vasta experiencia en el tema .
Una idea a propósito podría ser que todos los ministerios fueran llenados por concurso público, los que serían escogidos por los mismos que corren con la Agenda
de Calidad Pública y que serían nuestros institutos Para tanto trabajo, habría que financiar los institutos con recursos públicos , pero éstos deben ser independientes y seguir con los actuales directorios para que haya una sana separación entre lo público y privado.
La parte de capital humano es muy original y atinada . Llenemos a nuestros niños con computadores, de modo que por osmosis se transformen en líderes tecnológicos . Si además les damos acceso a propaganda de nuestros malls y supermercados, terminaremos con el problema de demanda agregada. Y si les falta plata para comprar, para servirlos estamos los bancos y factoring, listos para ayudarlos en la tarea de reimpulsar Chile. Y eso a las convenientes tasas de siempre.
El incentivo tributario si , lo encuentro insuficiente ya que es necesario terminar de una vez por todas con esa lacra que es el impuesto de timbres y estampillas, heredado de la época colonial. Y si lo complementamos con la eliminación de la tasa máxima convencional , no requeriremos nada más para proyectarnos . El cielo es el límite y allá vamos.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Carta de Milton Friedman al general Pinochet en 1975


Sergio Karlezi ha tenido la amabilidad de enviarme este histórico documento, el que comparto con Uds.
Durante la visita que le hiciéramos el viernes 21 de Marzo, realizada conel objeto de discutir la situación económica de Chile, Usted me pidió que le transmitiera mi opinión acerca de la situación y políticas económicaschilenas luego de completar mi estancia en su país. Esta carta responde a tal requerimiento.
Permítame primero decirle cuán agradecidos estamos mi esposa y yo de la cálida hospitalidad que nos brindaran tantos chilenos durante nuestra breve visita; nos hicieron sentir como si realmente estuviéramos en casa. Todoslos chilenos que conocimos estaban muy conscientes de la seriedad de losproblemas que su país enfrenta, dándose cuenta de que el futuro inmediato iba a ser muy difícil. Sin embargo, todos mostraban una firme determinaciónen aras de superar dichas dificultades y una especial dedicación en el trabajo por un futuro más próspero.
El problema de Chile.
El problema económico fundamental de Chile tiene claramente dos aristas: la inflación y la promoción de una saludable economía social de mercado.
Ambos problemas están relacionados: cuánto más efectivamente se fortalezca elsistema de libre mercado, menores serán los costos transicionales de terminar con la inflación. Sin embargo, y pese a estar relacionados, se trata de dos problemas diferentes: el fortalecimiento del libre mercado no culminará con la inflación per se, como tampoco terminar con la inflación derivará automáticamente en un vigoroso e innovador sistema de libremercado.
La causa de la inflación en Chile es muy clara: el gasto públicocorresponde, aproximadamente, a un 40% del ingreso nacional. Cerca de uncuarto de este gasto no deriva de impuestos explícitos y, por lo tanto,debe ser financiado emitiendo una mayor cantidad de dinero; en otras palabras, a través del impuesto oculto de la inflación.
El impuestoinflación, utilizado para levantar una cantidad de dinero equivalente al 10% del ingreso nacional es, por ende, extremadamente gravoso - una tasa impositiva de 300% a 400% (es decir, la tasa de inflación)- impuesta sobre una estrecha base de cálculo- 3% a 4% del ingreso nacional (es decir, el valor de la cantidad de dinero que circula en Chile como efectivo ydepósitos en cuentas corrientes).Este impuesto inflación genera un enorme daño al inducir a las personas a dedicar un gran esfuerzo por limitar su posesión de dinero en efectivo. Esa es la razón por la cual la base es tan estrecha. En la mayoría de lospaíses, desarrollados y subdesarrollados, la cantidad de dinero es más cercana al 30% del ingreso nacional que al 3% o 4% de éste.
Desde la perspectiva del gasto total, que es un múltiplo del ingreso, el dinero enChile alcanza sólo a algo así como 3 días de gasto, lo que fuerza a realizar nada más que operaciones de subsistencia en el rubro comercio,además de estrangular al mercado de capitales.
Soluciones propuestas.
Existe solo una manera de terminar con la inflación: reducir drásticamente la tasa de incremento en la cantidad de dinero.
En la situación de Chile,el único modo para lograr la disminución de la tasa de incremento en la cantidad de dinero es reducir el déficit fiscal. Por principio, el déficitfiscal puede ser reducido disminuyendo el gasto público, aumentando los impuestos o endeudándose dentro o fuera del país. Exceptuando el endeudamiento externo, los otros tres métodos tendrían los mismos efectos transitorios en el empleo, aunque afectando a diferentes personas:
disminuir el gasto público afectaría inicialmente a los empleados públicos, aumentar los impuestos afectaría inicialmente a las personas empleadas por quienes pagan impuestos, y endeudarse afectaría inicialmentea las personas empleadas por los titulares de los créditos o por las personas que, de otro modo, hubieran conseguido esos fondos prestados.
En la práctica, disminuir el gasto público es, por lejos, la manera más conveniente para reducir el déficit fiscal ya que, simultáneamente,contribuye al fortalecimiento del sector privado y, por ende, a sentar las bases de un saludable crecimiento económico.La disminución del déficit fiscal es requisito indispensable para terminar con la inflación.
Un problema menos claro es cuán rápidamente debe terminarse con ella. Para un país como Estados Unidos, en el cual la inflación es de alrededor del 10%, yo aconsejo una política gradual de eliminación en dos o tres años. Pero para Chile, en que la inflación se mueve entre el 10% y 20% mensual, creo que graduar su eliminación no es viable; conllevaría una tan gravosa operación por un período de tiempo tan largo, que temo la paciencia no acompañaría el esfuerzo.
No existe ninguna manera de eliminar la inflación que no involucre un período temporal de transición de severa dificultad, incluyendo desempleo.Sin embargo, y desafortunadamente, Chile enfrenta una elección entre dos males, un breve periodo de alto desempleo o un largo periodo de alto desempleo, aunque sutilmente inferior al primero.
En mi opinión, las experiencias de Alemania y Japón luego de la II Guerra Mundial, de Brasil más recientemente, del reajuste de postguerra en Estados Unidos, cuando el gasto público fue reducido drástica y rápidamente, argumentan en pro de un tratamiento de shock. Todas estas experiencias sugieren que este período de severas dificultades transicionales sea breve (medible en meses) para que así la subsecuente recuperación sea rápida.
Para mitigar los costos de la transición y facilitar la recuperación, creo que las medidas fiscales y monetarias debieran ser parte de un paquete que incluya medidas que eliminen los obstáculos a la empresa privada y que alivien la aguda angustia.
Para acotar, haré un bosquejo de los contenidos de un paquete de propuestas específicas. Mi conocimiento de Chile es muy limitado como para permitirme ser tanto preciso como exhaustivo, de modo que estas medidas deben ser consideradas más bien como ilustrativas. Si este enfoque de shock fuera adoptado, creo que debiera ser anunciado públicamente, muy detalladamente y, además, entrar en vigor en una fecha muy cercana a dicho anuncio. Cuánto mejor informado se encuentre el público,más contribuirán sus reacciones al ajuste.
Medidas específicas
A continuación propongo unamuestra de las medidas que debieran ser tomadas:
1.- Una reforma monetaria que reemplace el escudo por el peso, con 1 peso= 10.000 escudos (o quizás 1.000 escudos). Por sí misma, esta medida no produciría ningún efecto sustancial, pero cumpliría una valiosa función sicológica.
2.- Un compromiso del gobierno de reducir su gasto en 25% dentro de seis meses; reducción que debiera tomar la forma de una disminución transversal del presupuesto de cada repartición en 25%, con los relativos a personal at omarse cuán pronto como sea posible. Sin embargo, las reducciones de gastodebieran ser escalonadas en base a un periodo de seis meses para permitirel pago de generosas indemnizaciones. (Cualquier intento de ser selectivo o parcial tiene la probabilidad de fracasar debido a las posibles manipulaciones de cada repartición por lograr que la reducción presupuestaria afecte a otra y no a ellas. Es preferible hacer primero una reducción transversal, para luego reasignar el total ya reducido).
3.- Un crédito nacional de estabilización otorgado al público para complementar la reducción del gasto durante los seis primeros meses parapermitir así una más rápida reducción en la emisión de dinero que en el gasto. Las condiciones debieran incluir un reajuste por inflación para lograr la confianza del público en la determinación del gobierno determinar con la inflación.
4.- Si fuera posible, un crédito externo de estabilización para el mismo propósito.
5.- Un categórico compromiso del gobierno de que después de seis meses no financiará más gasto alguno a través de la emisión de dinero. (Así como larecuperación económica se vaya dando, la cantidad de dinero deseable en términos reales, esto es, la cantidad consistente con precios estables,aumentará. Sin embargo, este incremento debiera servir como base para la expansión de un mercado de capitales privado en vez de utilizarse parafinanciar gasto público).
6.- Continuar con vuestra política actual de un tipo de cambio diseñado para aproximarse a un tipo de cambio de libre mercado.
7.- La eliminación de la mayor cantidad posible de obstáculos que, hoy por hoy, entorpecen el desarrollo del libre mercado. Por ejemplo, suspender, en el caso de las personas que van a emplearse, la ley actual que impide el despido de los trabajadores. En la actualidad, esta ley causa desempleo.
También, eliminar los obstáculos a la creación de nuevas instituciones financieras.
Asimismo, eliminar la mayor cantidad posible de controles sobre los precios y salarios. El control de precios y salarios no sirve como medida para eliminar la inflación; por el contrario, es una de las peores partes de la enfermedad. (Eliminar obstáculos, pero no sustituir subsidios. La empresa privada tendrá la facultad de gozar de las recompensas del éxito sólo si también arriesga soportar los costos del fracaso.
Todo hombre de negocios cree en la libre empresa para todos, pero busca también favores especiales para sí mismo.
Ningún obstáculo, ningún subsidio; esa debiera ser la regla).
8.- Tome las providencias necesarias para aliviar cualquier caso de real dificultad y severa angustia que se de entre las clases más pobres. Tome en cuenta que las medidas tomadas no producirán, por sí mismas, daño en estos grupos. El despido de empleados públicos no reducirá la producción, sino que simplemente eliminará gasto- sus despidos no significarán la producciónde un pan o un par de zapatos menos. Pero indirectamente, algunas de las clases menos privilegiadas serán afectadas y, séanlo o no, el programa de medidas será señalado como el culpable de sus angustias. Por lo tanto,sería beneficioso tomar ciertas providencias de este tipo en dicho programa. En este aspecto, mi ignorancia de la situación y acuerdos actuales vigentes en Chile me hacen imposible ser más específico.Un programa de shock tal como este podría eliminar la inflación en cuestiónde meses. También fundaría las bases necesarias para lograr la solución desu segundo problema- la promoción de una efectiva economía social de
mercado.

Economía social de mercado

Este no es un problema de reciente origen, sino que surge de tendencias al socialismo que comenzaron hace 40 años y que alcanzaron su lógico, y terrible clímax, durante el régimen de Allende. Ustedes han sido extremadamente sabios en la aplicación de las muchas medidas que ya han tomado para revertir esta tendencia.La eliminación de la inflación llevará a una rápida expansión del mercado de capitales, lo cual facilitará en gran medida la privatización de empresas y actividades que aún se encuentran en manos del Estado.

El más importante paso en este sentido es la liberalización del comercio internacional para, de este modo, proveer de una efectiva competitividad a las empresas chilenas y promover la expansión tanto de las importaciones como de las exportaciones. Lo anterior no sólo mejorará el bienestar del chileno común al permitirle adquirir todos los bienes al menor costo, sino que también disminuirá la dependencia de Chile en un sola exportación deimportancia: el cobre.

Quizás la mayor recompensa en esta área se obtendría a través de la liberalización de la importación de vehículos motorizados. Estoy conciente de que su Gobierno ya ha dado pasos importantes y planea otros futuros en orden a reducir las barreras al comercio internacional y a liberalizarlo, y que, como resultado de ello, la ventaja competitiva real de Chile se refleja mejor en éste hoy que en las décadas pasadas. Este es un gran logro.

También veo que en esta área existe un fuerte argumento a favor de una gradualización para entregar a los productores chilenos una oportunidad para ajustarse a las nuevas condiciones. No obstante, gradualismo no debe significar quedarse estancado. En mi opinión personal,creo que un buen consejo para Chile sería dirigirse a la liberalización del comercio a una velocidad y en una extensión mucho mayores de las que hasta ahora han sido propuestas.

Un comercio totalmente libre es el objetivo final deseable, aunque no sea posible de alcanzar en el más cercano futuro.Quisiera concluir esta carta diciendo que estoy seguro que Chile tiene un gran potencial. Ha sido un pueblo capaz, letrado, creativo y lleno de energía, que tiene una larga historia y tradición de orden y paz social.Hace unos cuarenta años atrás, Chile, como muchos otros países, incluyendo el mío, se encausó en la ruta equivocada- por buenas razones y sin maldad,ya que fueron errores de hombres buenos y no malos. El mayor error, en mi opinión, fue concebir al Estado como el solucionador de todos losproblemas, de creer que es posible administrar bien el dinero ajeno.Si Chile toma hoy la senda correcta, creo que puede lograr otro milagro económico: despegar hacia un crecimiento económico sostenido que proveerá una ampliamente compartida prosperidad.

Pero para aprovechar esta oportunidad, Chile deberá primero superar un muy dificultoso periodo de transición.

Sinceramente,

Milton Friedman